Trastornos psicosomáticos infantiles
Los trastornos psicosomáticos, son aquellas manifestaciones físicas que tienen un origen psicológico. Estos problemas pueden deberse a factores ambientales, es decir, a situaciones estresantes que perturban al niño.
Todos somos conscientes de que hay una conexión entre lo que pesamos, sentimos y hacemos, con nuestro funcionamiento físico, por ejemplo, ¿has sentido un nudo en el estómago antes de enfrentarte a una situación complicada para ti?
Los niños y jóvenes son una población más vulnerable a los trastornos psicosomáticos porque carecen de estrategias de afrontamiento de aquellas situaciones que les perturban, además presentan escasas habilidades verbales para expresar sus emociones.
Los menores buscan en su entorno la ayuda de las figuras de apego para que les ayuden a resolver los conflictos que les inquietan. Mediante la ayuda de los padres, el niño acabará aprendiendo la manera de hacer frente a las situaciones vitales que se le vayan presentando a lo largo de su vida.
En las consultas de pediatría no es raro encontrar este tipo de problemas como una de las manifestaciones más frecuentes, que no se pueden asociar a una enfermedad concreta. Entonces, los síntomas que se presentan son engañosos con respecto a la verdadera causa del trastorno, que es de origen psicológico-psicosomático.
Cuanto más joven es el niño, más tienden a somatizarse los malestares psicológicos y a transformarse en síntomas somáticos, y por tanto en patologías físicas.
¿Cuáles son los trastornos psicosomáticos primarios?
Entre los distintos trastornos psicosomáticos los primarios son los siguientes:
- Dolores digestivos
- Dolor de cabeza
- Trastornos del sueño
- Asma psicosomática
- Tos psicosomática
- Irritaciones cutáneas
En la mayoría de los casos, lo que se busca es la atención del adulto para que el niño reciba su mirada y comprensión por un problema o dificultad que está atravesando y no sabe o no puede expresar.
¿Qué es la psicosomática infantil?
Los niños, expresan un malestar psicológico a través de los síntomas físicos a través del cuerpo. Y lo cierto es que, aunque pueden parecer fuertes por fuera, están atravesando un momento de vulnerabilidad que requiere de atención profesional.
Por ejemplo, cuando los niños muestran el clásico dolor abdominal recurrente, es poco probable que estos síntomas sean de naturaleza física real.
Hay que prestar especial atención a cuándo se producen estos síntomas y con mayor intensidad, como antes de ir al colegio. Así, los niños utilizan su cuerpo como herramienta de comunicación sin que lo sepan.
En el tratamiento psicológico de estas problemáticas, es importante averiguar el origen de esta sintomatología para poder tratarlos.
¿Qué son los trastornos psicosomáticos en la salud mental infantil?
Todas las personas reaccionan emocionalmente ante la presencia de síntomas físicos, pero los niños con un trastorno psicosomático que afecta la salud mental muestran pensamientos, sentimientos y comportamientos excepcionalmente intensos en respuesta a sus síntomas.
Para distinguir un trastorno de una reacción normal a la enfermedad, las respuestas deben ser lo suficientemente intensas como para causar una angustia significativa al individuo y/o dificultar la realización de las actividades normales de la vida diaria.